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Final de la Copa Libertadores 2015

La final de la Copa Libertadores 2018 fue la final a doble partido para decidir los ganadores de la Copa Libertadores 2018, la 59ª edición de la Copa Libertadores, el principal torneo internacional de fútbol de clubes de Sudamérica organizado por la CONMEBOL.

La final se disputó en formato de ida y vuelta entre los clubes argentinos Boca Juniors y River Plate, convirtiéndose en la primera final del Superclásico de una competición internacional. El partido de ida lo organizó Boca Juniors en el Estadio Alberto J. Armando de Buenos Aires (Argentina) el 11 de noviembre de 2018, mientras que el partido de vuelta se disputó fuera de Sudamérica en el Santiago Bernabéu de Madrid (España) (sede neutral) el 9 de diciembre de 2018.[1][2] Esta fue la última final que se disputó a dos vueltas, ya que a partir de 2019 la final se jugaría a partido único en una sede elegida previamente.[3][4]

En un principio, el partido de vuelta iba a ser organizado por River Plate en el Estadio Monumental Antonio Vespucio Liberti de Buenos Aires (Argentina), el 24 de noviembre de 2018. Sin embargo, debido a la preocupación por la seguridad derivada del ataque al autobús de Boca Juniors antes del partido, el partido de vuelta se trasladó fuera de Argentina y de Sudamérica, confirmándose posteriormente que sería el Santiago Bernabéu de Madrid (España)[5] Esta fue la primera vez que el partido de vuelta de la final de la Copa Libertadores se celebró fuera de Sudamérica, y la primera final celebrada fuera del continente americano.

Final de la Copa Libertadores 2021

Aquella histórica cita, que increíblemente acabó decidiéndose en Madrid tras los incidentes ocurridos antes del partido de vuelta en el Estadio Monumental, sigue muy presente en la mente de ambas aficiones.

Pero esta vez el clima entre las aficiones es más tranquilo. Ambas partes han aprendido que hay que rebajar la ansiedad, y la realidad es que ésta es, en comparación, una eliminatoria de menor importancia. Una semifinal que se juega justo un año después de una final histórica, inevitablemente pierde algo de valor, aunque ninguno de los dos equipos quiera perderla.

Habrá más de 2.000 policías vigilando tanto las calles que rodean el Estadio Monumental como el autobús de Boca Juniors, cuyas ventanas han sido blindadas tras los sucesos del año pasado. La lluvia de piedras que acabó hiriendo a jugadores y directivos no sólo llevó la final a Madrid, sino que supuso el despido del jefe de seguridad del equipo en medio de acusaciones de negligencia.

Las autoridades no quieren que se repitan las escenas de hace 12 meses y los aficionados de River quieren ver el partido en su estadio, después de que se les negara esa posibilidad el año pasado.  El hecho de que sea el partido de ida disminuye la probabilidad de incidentes desagradables.

Liga de fútbol de Argentina

Para Carlos Bianchi, la elección fue fácil: «Lionel Messi es el mejor de todos los tiempos. Ha superado a Pelé y a Maradona». A primera vista, se trata de una simple opinión compartida por mucha gente del fútbol -desde grandes directivos hasta humildes aficionados-, pero ofrece una reveladora visión de por qué Carlos Bianchi es sin duda uno de los mejores entrenadores sudamericanos de la historia.

Bianchi es un idealista, un hombre que ve el fútbol en términos sencillos. Para un hombre que ha ganado un récord de cuatro títulos de la Copa Libertadores, todo es cuestión de calidad y números. Los mejores jugadores ganan cosas. Si los unes, en mente y en foco, la gloria es inevitable. Esa es la escuela de pensamiento de Bianchi, que lo convirtió en una leyenda.

La filosofía de gestión de Bianchi nació de una escuela de pensamiento que existía en Vélez Sarsfield en la década de 1960. En la cantera del histórico club bonaerense, a menudo olvidada por la sombra de River y Boca, Bianchi comprendió el valor de hacer que los talentos trabajasen juntos, unos para otros y para la mejora del equipo.

Final de la Copa Libertadores 2019

En un enfrentamiento muy esperado, River Plate y Boca Juniors se vieron las caras en la ida de la semifinal de la Copa Libertadores tras enfrentarse en la final de alto voltaje de 2018 en Madrid. En esta ocasión, River dio el paso correcto en su camino hacia la final de nuevo. El rendimiento de River Plate, con un pressing de alta intensidad, le llevó a ganar el clásico argentino por 2-0. Fue una superioridad indiscutible del equipo local, que marcó un rápido gol en los primeros minutos del partido y despejó el camino hacia la victoria.

River Plate alineó su habitual 4-1-3-2, mientras que el equipo de Gustavo Alfaro comenzó con una estructura 4-2-3-1 que duró apenas un puñado de minutos, ya que cambió a un 4-1-4-1 tras el gol de penalti de Santos Borré al inicio del partido.

No hubo sorpresas por parte de ninguno de los dos equipos, ya que ambos repitieron la misma formación utilizada en su último encuentro de la Superliga, disputado apenas un mes antes en El Monumental. En esa oportunidad, Boca Juniors logró terminar salvando un punto en un empate 0-0.

Ser agresivo en la búsqueda del balón desde el primer minuto fue un factor decisivo para que River controlara este partido. Por eso, los jugadores de Boca nunca se sintieron cómodos en el campo y eso también les afectó ofensivamente.