La formacion de la polis griega

Cuál era la fuente de riqueza más importante en las ciudades-estado griegas

ResumenCuando un arqueólogo de la Grecia preclásica es invitado por su distinguida Academia a hablar sobre un tema histórico, el resultado será un intento de protohistoria: es decir, un intento de obtener una visión histórica de un período sin registros escritos contemporáneos, confrontando su evidencia arqueológica con los recuerdos conservados en fuentes literarias posteriores. En mi opinión, la protohistoria es una palabra útil, ya aceptada en varias lenguas europeas, aunque apenas en inglés. Sin duda, su objetivo puede seguir siendo considerado con profunda sospecha en dos sectores diferentes. Así, entre los historiadores de la antigüedad del mundo anglosajón se oye mucho más su palabra Quellenkritik; las fuentes escritas, cuando se basan en la tradición oral de una antigüedad mucho más remota, se someten a veces a una crítica interna tan feroz, que prácticamente no queda entonces nada que comparar con el registro arqueológico. Por su parte, el arqueólogo prehistórico, sin fuentes escritas que le guíen o le confundan, puede considerar a veces como poco científica cualquier forma de investigación que cruce la frontera entre dos disciplinas diferentes. Pero espero que se pueda suponer que usted no comparte una desconfianza tan extrema hacia la protohistoria; de lo contrario, no habría invitado a un arqueólogo a presentar una ponencia sobre un tema histórico.

Acrópolis de Atenas

Polis (/ˈpɒlɪs/, US: /ˈpoʊlɪs/; griego: πόλις, pronunciación griega antigua: [pólis]), plural poleis (/ˈpɒleɪz/, πόλεις, pronunciación griega antigua: [póleːs]), significa literalmente «ciudad» en griego. En la antigua Grecia, originalmente se refería a un centro administrativo y religioso de la ciudad, distinto del resto de la ciudad[1]. Más tarde, también pasó a significar el conjunto de ciudadanos bajo la jurisdicción de una ciudad. En la historiografía moderna, el término se utiliza normalmente para referirse a las antiguas ciudades-estado griegas, como la Atenas clásica y sus contemporáneas, por lo que a menudo se traduce como «ciudad-estado». Las poleis no eran como otras ciudades-estado primigenias de la antigüedad, como Tiro o Sidón, que estaban gobernadas por un rey o una pequeña oligarquía, sino que eran entidades políticas gobernadas por sus cuerpos de ciudadanos.

La poleis griega antigua se desarrolló durante el periodo arcaico como antecedente de la ciudad, el estado y la ciudadanía de la Antigua Grecia y persistió (aunque con una influencia decreciente) hasta bien entrada la época romana, cuando la palabra latina equivalente era civitas, que también significaba «ciudadanía», mientras que municipium en latín significaba pueblo o ciudad no soberana. El término cambió con el desarrollo del centro de gobierno en la ciudad para significar «estado» (que incluía los pueblos circundantes de la ciudad). Finalmente, con la aparición de la noción de ciudadanía entre los propietarios de tierras, pasó a describir el conjunto de ciudadanos bajo la jurisdicción de la ciudad. El cuerpo de ciudadanos llegó a ser el significado más importante del término polis en la antigua Grecia.

Definición de polis griega

AB – Los volúmenes de Melammu han ampliado los horizontes de los estudios de la antigüedad al fomentar el cruce de las fronteras geográficas y culturales entre las antiguas civilizaciones del Mediterráneo y Oriente Próximo. El presente volumen de Melammu se extiende desde Grecia hasta la India, con artículos sobre Frigia y Armenia, contemplando también textos del antiguo Israel, Egipto y Mesopotamia. La globalización descrita en este volumen se extiende por encima de las barreras lingüísticas y literarias, mostrando cómo tanto los textos como los bienes pueden viajar entre sociedades y regiones. Esta colección de artículos ofrece nuevas ideas y perspectivas sobre las conexiones entre el mundo mediterráneo, Mesopotamia, Anatolia, Persia y la India.

La ciudad-estado o polis griega surgió en el primer milenio antes de Cristo. Los primeros estados griegos eran sociedades palaciegas como la de Micenas o Pilos.  Las políticas más poderosas contemporáneas a la polis en el Mediterráneo eran imperios como el de los asirios o el de los persas. A partir del año 650 a.C., aproximadamente, existen testimonios literarios y arqueológicos en Grecia de comunidades políticas urbanizadas en las que los ciudadanos se autogobernaban a través de órganos colectivos de decisión. Había nacido la polis. Al parecer, había ocurrido algo único. El poder estaba en manos de los ciudadanos, no en manos de un gobernante despótico o de una oligarquía cerrada. La polis es un desarrollo comparativamente tardío en comparación con las antiguas ciudades-estado de Mesopotamia o Siria. ¿Cómo encaja la polis griega en la evolución política del Antiguo Oriente Próximo?

Delphi

En su segunda parte, el libro examina el arraigo de la democracia en las prácticas de la polis-sociedad mediante un análisis de los géneros de expresión e interpretación. Egon Flaig explora cómo la tragedia fue una de las respuestas dadas por los intelectuales griegos a la contradicción entre la formación de la voluntad colectiva y la actuación, por un lado, y la falta de una orientación normativa y moral indiscutible, por otro. El enredo trágico según el cual «quien actúa sufrirá» indicaba una conexión entre el «hacer» y el «soportar las consecuencias», invitando a reflexionar sobre la fragilidad de las reglas normativas. La comedia es entonces estudiada por Lucio Bertelli como un modo discursivo de disidencia. A diferencia de otros disidentes en Atenas, como Pseudo-Xenofonte y Platón, Aristófanes pretendía educar a la ciudadanía democrática y arreglar los vicios del pueblo, cuya falta de sabiduría y aprendizaje no se consideraba un defecto irreparable.

Jonas Grethlein se opone a la relación directa entre la historiografía y la cultura democrática examinando las actitudes ambiguas de los primeros historiadores hacia la oratoria. Sugiere que, aunque Heródoto y Tucídides critican los discursos tanto explícita como implícitamente, la propia forma de sus críticas contiene rasgos democráticos que crean una tensión paralela a la existente entre contenido y forma en Platón. Centrándose también en la retórica, Harvey Yunis explora la evolución de sus usos políticos a partir de dos categorías: la retórica política primaria compuesta para ser pronunciada en instituciones políticas o judiciales, y la retórica literaria como género escrito que no pretendía afectar a la toma de decisiones inmediata. Este último género desarrolló una compleja prosa artística desplegada por los críticos de la democracia que buscaban remodelar la comprensión de los lectores sobre un acontecimiento histórico o un ámbito de conocimiento.